Ricardo “La chancha” González llegó a la presidencia peronista lleno de futuro promisorio que cambiaría el estancamiento que en apariencia decían que, sufría el tradicional partido con la antigua conducción, a la luz del presente eso no solo no parece haber ocurrido sino todo lo contrario, ha empeorado.
Quizá lejos de abstraerse de la realidad económica, se ha camuflado con el mal momento económico del país que vive una profunda crisis, la falta de acción, producción y contenidos les genera una estanflación política que puede observarse al mirar bien de cerca los síntomas del espacio que lidera González.
Aunque en algún momento se haya prometido un Peronismo moderno y se hagan congresos multitudinarios, se está muy lejos de conformar un verdadero trabajo político, un trabajo que se pueda ver en el contacto con los votantes del distrito, hasta si se compara los periodos anteriores en los cuales era Fabián Mussi quien comandaba los destinos del partido, estos actuales momentos parecen peores aún.
La inauguración de un nuevo local partidario, fue una fallida imposición de la piedra basal sobre la cual comenzaría a toda máquina dicha renovación, que hubiera sido lógica con el advenimiento de una nueva y briosa conducción, esto no ha ocurrido y al parecer, no ocurrirá.
Probablemente González piense que es suficiente con lo que hacen otras fuerzas con el mismo norte, los trabajos realizados durante estas últimas semanas por fuerzas afines que vienen mostrando un interés de poner manos a la obra para solucionar problemas de vecinos comunes, no es el camino que elige la actual conducción, por el contrario esos escritorios en el local partidario parecen estar más llenos de palabrería teórica, mates y bizcochitos que de ideas superadoras o por lo menos manos voluntariosas que demuestren querer llegar al poder para mejorar algo.