Los organismos internacionales vinculados a los DDHH, saben que, en nuestro país, en la década del 70, se libró una guerra cruenta y desgarradora. Sin embargo, ellos, frente a esta realidad, miran para el costado, dado que ya no pueden disimular su apego y simpatía para con el comunismo, como tampoco han de disimular su militancia en todo lo concerniente a la Agenda 2030, ese compendio de políticas oscuras, con las cuales el poder global pretende deshumanizar al mundo, para transformarlo en un mero engranaje de producción y servilismo.
¿Acaso podíamos esperar algo bueno de estas contaminadas organizaciones, conformadas en gran mayoría por burócratas woke?
En nuestro país, los Jueces saben que nuestra Constitución Nacional y los tratados internacionales que la complementan han sido mancillados a mas no poder, con tal de llevar adelante la venganza contra los soldados que lograron frenar a la revolución armada generada por el Comunismo en Argentina. Es triste saber, que ellos tampoco ignoran las aberraciones jurídicas aplicadas a cada parodia de juicio llevado a cabo. Ellos son conscientes de que tampoco se han respetado los principios básicos y elementales de igualdad ante la ley…hasta un joven estudiante de derecho lo sabe.
¿Acaso soñábamos con conductas inmaculadas luego del asesinato del Juez Quiroga, aquel valiente funcionario que juzgó y condenó a los terroristas?
Por otro lado, girando la mirada hacia nuestra dirigencia política, podemos ver con claridad, que han fomentado la continuidad del circo de los juicios para con los vencedores, mientras no hacían otra cosa que indultar a los pocos terroristas condenados. Lo hizo López Rega, Alfonsín, Menem, De la Rúa y Duhalde. Todos los nombrados indultaron a terroristas. Ellos, además, los indemnizaron con la plata de la educación y la salud que le negaron a su pueblo, otorgándoles cargos públicos, y rindiéndoles vergonzantes honores.

Luego, siguiendo el giro de nuestra mirada, nos encontramos con el pueblo que la casta ha empobrecido en el concepto más profundo de la palabra. Se trata del pueblo que dejaron sin educación, sin familia, sin religión, sin valores, sin salud, sin vivienda digna, (viviendo en una denigrante y peligrosa promiscuidad), sin capacidad para poder diferenciar al bien del mal, y lo más grave: sin futuro ni esperanzas.
Gran parte del pueblo, (quienes hoy tienen menos de 65 años), ya no saben lo que realmente ocurrió en la década del 70. Sucede que la mayoría de nuestros compatriotas han sido nutridos con el falso relato de los militares locos y asesinos que salieron a matar a jóvenes buenos e idealistas que marchaban por las calles pidiendo libertad y justicia.
¿Un negocio con aroma a pozo ciego? ¡Por supuesto!! La izquierda revolucionaria, el socialismo bobo y el progresismo sinvergüenza, aceptaron la invitación al banquete. Ellos disfrutaron de las ventajas de ser socios del Club de los amigos del Terrorismo globalista.
¿Y hoy…algo nuevo está pasando en nuestro país? No creo.
Los terroristas siguen en las líneas medias. Todos cobrando por lo robado a la patria. Todos con sus nombres brillando en el museo de la media memoria, mientras nuestros viejos soldados, prisioneros de guerra o presos políticos, sufren eternas e ilegales prisiones preventivas y/o condenas originadas en los falsos juicios con los cuales, el país finalmente los premió, por haber rechazado a sangre y fuego, al terrorismo internacional.
Nuestro presidente hasta el presente nos ha defraudado, dado que mientras aplaude a las Fuerzas de Defensa Israelíes que combaten a Hamas, (con graves excesos sobre la población civil Palestina), en su país, él no ha movido una pluma por los soldados que combatieron al terrorismo en argentina.
¿Entonces, que nos queda a los que conocemos la verdad, y apreciamos el valor de la entrega de aquellos soldados cuando actuaron en defensa de nuestra patria?
Nosotros debemos: Difundir y enseñar la verdad - Denunciar los actos de gobierno y las acciones de la justicia en favor de los asesinos terroristas de entonces - Reclamar por los derechos constitucionales negados a nuestros viejos soldados - Marchar para que ellos sepan que no los hemos olvidado, recordándole al pueblo la verdadera historia que hemos vivido.
Pues bien, el 29 de este mes a las 16hs en la plaza de mayo, tenemos una oportunidad única para poner en practica estas acciones.
Tenemos que estar. Tenemos que venir desde lejos, con nuestras banderas argentinas, tan puras como altas.
Los mayores de 65 vivimos de cerca la guerra que se desato en nuestro país. A nosotros no pudieron envolvernos con el falso relato.
Nosotros no podemos faltar, y nuestros hijos tampoco deberían hacerlo.
Y tú…que fuiste y serás por siempre un soldado de la patria…tu sabes que no estar ha de equivaler al abandono de un herido en combate tras las líneas enemigas.
Tú sabes que esa conducta es lo último que se espera de un buen soldado.
La magnitud del combate que libraron nuestros viejos soldados, hoy cautivos, pudo ser soportada gracias a la fuerza generada por el profundo amor que profesaban por aquello que defendieron donando sus vidas.
¡Esta vez tenemos que estar todos compatriota!!!
¡Se los debemos!!!

Fabián E. Sotelo
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