Desde hace más de un año, los vecinos de la calle Balcarce, en Capilla del Señor, han intentado sin éxito que el municipio haga cumplir las ordenanzas locales para garantizar su tranquilidad y seguridad. Las noches de fin de semana se han vuelto una pesadilla: música a volúmenes desmedidos, conductores en aparente estado de ebriedad que ponen en riesgo la seguridad vial, e incluso la zona convertida en un baño público por quienes frecuentan el local.
Este boliche, identificado por los vecinos como "de una conocida yerba de segunda marca", ha sido señalado repetidamente en quejas formales por los problemas que ocasiona. Sin embargo, los habitantes de la zona denuncian que los propietarios del establecimiento no han realizado las adaptaciones necesarias para mitigar el impacto de sus actividades, como la instalación de paneles acústicos. Por el contrario, el local habilita cada verano un patio al aire libre, pegado al salón, lo que agrava aún más el ruido y la invasión sonora hacia las viviendas cercanas.
El descontento se remonta a un año atrás, cuando la entonces director de Gobierno del Municipio, Matias Azalini, ya estaba al tanto de las molestias y peligros derivados de la actividad del boliche.
A pesar de ello, los vecinos sienten que las autoridades no han accionado de manera efectiva para proteger sus derechos.
En una nota realizada en FM Studio por una de las vecinas afectadas, expresa ahora su desesperación e impotencia ante la falta de respuesta de las nuevas autoridades y advierte que esta situación podría generar problemas aún más graves para su familia y la comunidad.