Se cumplen 250 años de uno de los íconos del pueblo pilarense, la Parroquia Nuestra Señor del Pilar, que lo celebrará a lo grande junto a la comunidad, con diferentes actividades religiosas y culturales que se extenderán por más de un año.
Desde los primeros años del siglo XVIII, Doña María Cabezas daba culto a la Virgen del Pilar en su propiedad del Pilar Viejo. Años después, hacia 1729, se autorizó el culto público y se construyó la capilla, siendo en el año 1750 erigida como Vice Parroquia de Luján.
Pero fue a finales del año 1771, cuando el obispo Manuel Antonio de la Torre solicitó al Gobernador Juan José Vertiz y Salcedo el nombramiento como parroquia de la Capilla Nuestra Señora del Pilar, ya que se hallaba vacante y había crecido el número de fieles.
Es así que el primer párroco designado, Dr. Vicente Arroyo, tomó posesión definitiva de la parroquia el 23 de marzo de 1772. Es por ello que este año se cumple un cuarto de milenio de la creación de nuestra Parroquia, siendo una de las más antiguas de toda la campaña bonaerense.
Vale destacar que todos estos capítulos en la historia de la iglesia se dieron en el denominado Pilar Viejo, ya que el actual templo comenzó a construirse recién en 1821.
Ahora bien, en el marco de esta importante fecha, toda la comunidad de la Parroquia está preparando un gran festejo para estas Fiestas Patronales en honor a la virgen, que como siempre, comenzará con la Novena a partir del 3 de octubre.
Asimismo, y por esta especial situación religiosa e histórica, el obispo Pedro María Laxague ha decretado la posibilidad de alcanzar una indulgencia plenaria desde los festejos patronales en honor a la Virgen Nuestra Señora del Pilar por un año, entre los días 3 de octubre de 2022 y 12 de octubre de 2023, en el templo parroquial de la ciudad de Pilar, “para que la porción del Pueblo de Dios que peregrina en dicha ciudad alcance los frutos espirituales del Año de Gracia”.
Al hablar de indulgencia plenaria, se refiere al beneficio de eliminar por completo toda deuda que una persona haya acumulado a lo largo de su vida. Se trata de un perdón pleno sobre los pecados cometidos, que se podrá obtener en la iglesia pilarense tras cumplir con la confesión y comunión.
Finalmente, destacaron que “en días más adelantaremos el cronograma de actos religiosos y culturales, los que se centrarán en tres ejes: histórico, porque somos un pueblo que tiene su historia y debe su nombre a la Virgen; evangelizador, ya que se debe tener la misión cristiana de trabajar la formación pastoral; y eclesial, privilegiando la comunión y la sinodalidad, fortaleciendo de tal modo la importancia de vivir plenamente la parroquia”.