La época fría del año trae un incremento significativo de las infecciones respiratorias por el aumento de la circulación viral, ya que los microorganismos que causan estas afecciones encuentran en las estaciones menos cálidas condiciones excepcionales para su persistencia y transmisión.
No obstante, durante el 2022, Argentina se evidenció un récord de casos de gripe, registrando la temporada con más alta circulación del virus de los últimos nueve años, con un total cercano a 1.300.000 casos. La causa de esta situación de excepción fue un comportamiento inusual en la estacionalidad viral, donde la circulación del virus se extendió tanto en verano como en primavera.
“En las primeras doce semanas del año, meses de verano, y entre las semanas 34 y 46 del mismo año tuvimos dos picos fuera de estación, donde influyeron la disminución de tasa de vacunación y la relajación de las medidas de cuidado e higiene que hubo durante los años fuertes de pandemia de Covid-19”, expresó a DIB María Laura Gauna (MP 64226), Co-Coordinadora de la Sección Infecciones Pulmonares de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
Por este motivo, la especialista instó a la población en general a vacunarse, ya que de esta forma “disminuye el riesgo de enfermarse, de contagiar a personas en situación de vulnerabilidad y ayuda a disminuir la circulación viral”.
Vale subrayar que sin bien la vacuna antigripal se aplica al final del verano y en el inicio del otoño, “se puede aplicar en cualquier momento del año, ya que siempre es mejor aplicársela que no”.
Además, según indicó Gauna, la vacuna contra la gripe o influenza puede darse en forma concomitante, es decir, a la vez, con las vacunas antineumocócica y contra el SARS-CoV-2.
Para toda la población
Si bien existen grupos prioritarios que tienen mayor riesgo de presentar complicaciones graves por gripe, toda la población a partir de los 6 meses de edad puede vacunarse para estar protegida.
La vacunación antigripal es especialmente importante para las personas que corren mayor riesgo de presentar complicaciones graves por gripe/influenza: personal de salud, mayores de 65 años de edad, bebés y niños de entre 6 y 24 meses, embarazadas y puérperas, personal estratégico, y personas de 2 a 64 años con factores de riesgo, como obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias (siendo evidencia A para asma y EPOC), enfermedades cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos, trasplantados y/o personas con insuficiencia renal crónica en diálisis.
Hay varias razones por las que hay que vacunarse contra la gripe cada año: los virus de la gripe pueden cambiar de un año a otro, por lo que la vacuna se actualiza para proteger contra las cepas del virus de la influenza que se espera que circulen. Además, la protección proporcionada por la vacuna contra la gripe que recibió una persona en el año anterior disminuirá con el tiempo y puede ser demasiado baja para prevenir la enfermedad de la influenza en la temporada de gripe del próximo año.
“En Argentina contamos con dos tipos de vacuna: trivalente y cuadrivalente. La trivalente protege contra la influencia A H1N1, H3N2, y la influenza B linaje Victoria; la cuadrivalente es contra la influenza A N1N1, H3N2, e influenza B linaje Victoria y linaje Yamagata”, precisó Gauna.
La gripe, más allá de la infección respiratoria, puede multiplicar por ocho el riesgo de sufrir un accidente cerebro vascular (ACV) o una neumonía, y por diez el de desencadenar un infarto de miocardio.
Un estudio del 2018 demostró que, entre los adultos hospitalizados por gripe, los pacientes vacunados tenían 59% menos de probabilidades de ingresar a una unidad de cuidados intensivos que los que no se habían vacunado. A su vez, se evidenció que entre los adultos que se encontraban en la unidad de cuidados intensivos por gripe, los pacientes vacunados en promedio pasaron cuatro días menos en el hospital que aquellos que no se habían vacunado previamente. (DIB) Por Ana Roche